Cosas Que Deberían De Saberse

Hago Lo Que Hago Para Satisfacer Mis Necesidades Creativas
La Vida Es Una Bobada, ¿Y A Quién No Le Gustan Las Bobadas?

lunes, 13 de junio de 2011

El Sol Continúa Brillando


“Quisiera decir que sí, que el día fue gris y lluvioso y que lo único tangible en la atmósfera era lo pesado del dolor de nuestra alma, pero no. No fue así…”
Sus palabras arrastraban algo de ira y frustración, pero no la culpé.
Hoy era el funeral. En un día bonito, qué ironía.
Siempre nos han ambientado los momentos trágicos con días grises, la ira con tormenta y la alegría con días soleados. ¿Qué pasaba hoy que el sol brillaba y el cielo seguía azul a pesar de la tragedia, su tragedia?
Que hoy era un día normal para el resto del mundo.

jueves, 9 de junio de 2011

Una Ciudad De Historias


Siempre me monto en el bus y me encuentro con todo tipo de personajes que forman parte del entorno en el que me muevo y me hizo pensar en las miles de historias que se tejen en los recovecos de la ciudad todos los días… cada día miles de historias se desarrollan en la calle, los buses, el metro, los barrios, los taxis, los parques. La ciudad entera es un escenario lleno de cientos de historias que pocos vemos, pero que son reales: Con personas reales, situaciones reales, dolor y sufrimiento reales.  Minutos antes de abordar el muchacho, subió un hombre algo mayor y nos contó la desgarradora historia que para miles de colombianos es una realidad cada año: las minas quiebra-patas. Este padre, campesino y casi analfabeto, crió a sus hijos en el campo y fue allí donde el menor de sus hijos encontró entre los pastizales un pequeño objeto que explotó, y se  llevó  sus manitos que antes se aferraban al regazo de su madre y exploraban su entorno con verdadera curiosidad; Fue precisamente esa curiosidad y jugar en el lugar errado, lo que lo hicieron víctima de una práctica tan perjuiciosa como difundida en nuestro país, que por su regularidad nos ha hecho más tibios espectadores que solidarios dolientes; Algo muy similar a la problemática social de las bebés chinas que por su condición de féminas son abandonadas en las calles y alcantarillas, a su suerte con apenas unas pocas horas de nacidas, y todo por no ser varones. ¿Qué tan sorprendido estaría usted si encontrara una bebé recién nacida abandonada en la calle?, ¿Qué pensaría usted de la gente que pasa a su lado y ni siquiera se inmuta o interesa por aquella criatura? ¿Pensaría que son unos desalmados?  Peor aún, ¿Se ha dado cuenta que aquí suceden cosas similares y de igual forma se ignoran y pasan por alto porque ya se han vuelto algo que no sorprende simplemente por lo recurrente?
Desplazados, indigentes, damnificados por la violencia y las inclemencias del clima, niños en los semáforos que dejan de estudiar por perfeccionar piruetas para obtener algunas monedas a cambio, al igual que miles de personas que viven de oficios informales, mendicidad y caridad. Ancianos que deberían estar jubilados, hoy se rebuscan el poco sustento cuidando carros parqueados; Familias enteras se ven obligadas a dejar sus tierras y obtener el título de “desplazados” y tratar de encajar en una sociedad que no es la suya; Niños en edad de estudiar dejan las aulas para pedir limosnas porque no tienen qué comer o en  el peor de los casos, integrarse a las filas de bandas criminales; Madres cabeza de hogar que se ven obligadas a aceptar oficios informales de paga injusta para intentar suplir las necesidades en el hogar; Madres Adolescentes  y niños huérfanos; Y los lisiados, con algún tipo de discapacidad física o mental que los obligan sus propias familias a pedir limosna a costa de su impedimento.
Todos ellos son personajes que vemos a diario, que son parte de nuestra problemática social y que ignoramos. La verdad es que olvidamos que no somos ajenos a nuestra realidad social, que no es algo que tengamos ni debamos aceptar; Al contrario, deberíamos seguir con la sorpresa que nos causó la primera vez que lo presenciamos.

La Oralidad En Los Buses

Ayer, cogí el Circular Sur 302 a eso de las tres y cuarto. Yo iba con un amigo hablando tranquilamente de banalidades con él; Cuando íbamos por El Rodeo, se montó un joven universitario sin ninguna seña en particular, pasaría desapercibido en cualquier parte, excepto por su increíble energía y buen humor. Nos contó –no puedo dar fe de su veracidad, pero le dejo el beneficio de la duda, porque se veía decente-  que era estudiante de derecho de la UdeA y que simplemente buscaba un poco de colaboración a cambio de una sonrisa con alguno de sus cuentos. Muy simpático su gesto, y seguro arrancó más de una sonrisa, incluyendo la mía.
La historia comenzó más o menos así: “Él besó sus cálidos y húmedos labios, sonrosados y carnosos y comenzó a jugar tímidamente con ellos con leves cosquilleos…
Entonces ella movió sus muslos y le quebró las gafas”.
A mí me hizo gracia, a mi amigo también, pero al señor de al lado no… Es que hay personas que no se les da eso de la oralidad…

Cita En El Café [Parte 4]

Es un día soleado, pero no chocante. Llevo un vestido negro y zapatillas del mismo color.
Te veo desde lejos caminando de un lado a otro, sin mucha noción de dónde estás; Claro, no estás familiarizado con esta zona.
Me aproximo hacia donde estás y notas mi presencia, con un gesto de alivio.
Te saludo y te invito a pasar. Me sigues adentro sin quitarme los ojos de encima, mientras charlamos en una especie de saludo.
Nos sentamos en una mesa a la sombra de un Guayabo que nos brinda una agradable vista.
La mesera no tarda en llegar con las cartas del menú. Yo pido un café frío, sin molestarme en leer el resto; Frecuento el lugar, sé qué pedir según mi ánimo. Hoy se me antoja un café helado...
Miro tu incertidumbre frente al amplio abanico de mezclas de café. Río por lo bajo y te recomiendo pedir una 3 Cordilleras, una cerveza que, en lo personal, prefiero el sabor amaltado de la más fuerte, la Mulata.
“Me convenciste” me dices con una suave sonrisa  y la mesera se retira.
Nos miramos por un largo minuto sin decir palabra. Emm, sí, algo incómodo, ¿no?
Bueno, esto es algo así como “There’s an elephant in the room”  ambos sabemos que hay un asunto espinoso que debemos –No necesariamente queremos- hablar o aclarar.
¿Y bien…? Nada, el sol sigue igual, seguimos en las mismas posturas inmutables y expectantes y la mirada clavada en el otro.
Ambos sentimos la urgencia de soltar algo, lo que sea, cualquier banalidad.
Me preguntas cómo ha ido mi día hasta ahora. Te respondo que bien, todo en orden, y te devuelvo la pregunta. Y así comienza a fluir algo que pensábamos, moría estancado.
Pronto nos encontrábamos inmersos en una conversación que calmó la intriga de conocernos, sin tanto ruido exterior ni el limitante de un tiempo determinado. Pero el “elefante” seguía allí latente, esperando el menor descuido para imponerse y hacerse imposible de ignorar por más tiempo. Y así fue.

miércoles, 8 de junio de 2011

Llovizna


Ignorando todo  e intentando no pensar.
Así  había decidido vivir por un tiempo, al menos hasta que tuviera el tiempo suficiente para darle una solución definitiva y no vivir a punta de consolaciones infructuosas.
Tal vez era por cobardía más que por cualquier otro motivo. 


La tierra, a lo lejos, no dejaba de retumbar por la tormenta que se avecinaba.


Las cosas no cambiaban. Daba igual si era por eso o por otra cosa. Seguían igual.
Ahora lo  que mantenía ocupada, aunque fuera a la fuerza, mi cabeza, había acabado.
No tenía excusas ni lugar donde esconderme…


Los truenos  cada vez se oían más cerca, más fuertes… Y ya comenzaba a lloviznar